Beber un cáliz aporta la primera clave de todo un destino literario, el uso de la pasión. En Bellísima bahía el uso del oído completa las posibilidades que harán sobresalir a su autor en la narrativa mexicana. Y Lo que es del César termina de establecer tanto la capacidad para crear personajes como la versatilidad de este escritor en el manejo de todos los géneros literarios modernos. Pero en La casa que arde de noche Ricardo Garibay prescinde de lo anterior y cincela una novela clásica contemporánea; consigue intensidad sin recurrir a la vivencia personal y verosimilitud sin recargarse en el registro directo del habla popular. De este modo, los libros reunidos en este volumen, más la novela Verde Maira, ofrecen todo cuanto distinguirá la obra entera de un gran maestro, sin faltar los insustituibles ingredientes de la amenidad y del humor en sus múltiples registros. Lo que vino después bien pudo ser silencio, pero Ricardo Garibay no nació para la modestia ni para la humildad.