En esta obra convergen el relato y el ensayo con la entrevista y la semblanza. Su prosa es tan sutil y sugerente que las preguntas se diluyen en la trama. Está basada en una serie de conversaciones que el pintor y el periodista sostuvieron mientras Siqueiros estuvo recluido en la cárcel de Lecumberri, entre 1960 y 1964 y reconstruye las imágenes y los sentimientos del pintor, su personalidad precipitada -cercana a la de su abuelo Siete Filos-, su gusto por los grandes espacios, su concepto del arte, su ideología y su estética, estrechamente fusionadas en su manera de vivir.