La señora Dalloway narra un acontecimiento aparentemente banal: su protagonista, Clarissa Dalloway, se prepara desde la mañana para recibir a sus amigos esa noche, en su casa londinense. En la fiesta se reencontrarán personas que han dejado de verse durante años, lo que permite que la historia se desarrolle en tres tiempos que se alternan: el pasado que compartieron, el presente que los reúne y enfrenta, y el futuro que les espera. El corto espacio temporal y la aparente simpleza de la trama es todo un desafío para Virginia Woolf, que deja reposar en los discursos interiores de los personajes la grandeza de su creación literaria. A través de este estilo narrativo van apareciendo temas como la vida y la muerte, el amor y el desamor, la mujer y el hombre... que se enfrentan y se unen, de manera natural a veces, desgarrada otras, pero siempre de una forma bella y poética en la obra, haciendo de esta novela una obra magistral y de Virginia Woolf una escritora intemporal que aportó a la literatura y al hombre un nuevo punto de vista que nunca podrá menospreciarse: el de la mujer.