Crítico, periodista y narrador extraordinario, G. K. Chesterton unió de modo imborrable la aventura con la intriga. El autor se deleitaba en sondear las ambigüedades que hay entre la apariencia y la realidad. Borges, el más entusiasta de los admiradores de Chesterton, elogiaba la ironía y destreza con que este autor sembraba paradojas en medio de un tejido narrativo, que revela la sencilla verdad oculta bajo el enigma de la apariencia insoluble