Muchos padres se ven afligidos por la mala o tirante relación que tienen con sus hijos, lo que les genera pensar que estos ya no los aman, pues, cuando tratan de acercarse a ellos, siempre terminan peleando. Estos padres creen que están mostrando y dando todo el amor que le tienen, y que es culpa del hijo y no del padre si no lo saben apreciar o aceptar de la forma en que se les entrega. En estas páginas, se cuestiona esta convención social ?y muy practicada creencia?, revisándola desde una perspectiva diferente en la que se propone que las actitudes del hijo o de la hija son solo gritos de auxilio con los que intenta hacer reaccionar a sus padres buscando sanar la relación.