La vida de D-503 es algo ideal, racional y preciso. Bajo el dominio del omnipresente Estado Único se ha alcanzado la perfección. La sociedad, para conquistarla, debía renunciar a cualquier atisbo de la naturaleza en favor de la tecnología y el control de los humanos, que han dejado de ser individuos para ser números. La felicidad de D-503 es una obligación ineludible. Así transcurren los días para D-503 hasta que una pequeña nube empaña su tranquilidad: una mujer, I-330, le muestra un mundo completamente desconocido para él, un mundo de enfermedad y pasiones, un mundo prohibido y desterrado hace mucho tiempo. Sin saberlo, D-503 ha dado los primeros pasos hacia la rebelión.