La dinámica imparable de nuestra época necesita consolidar a todos los humanos en una masa obediente, mientras más homogénea, más dócil a las exigencias del orden social actual y a su sorda pero implacable voluntad de catástrofe, mejor.En los ensayos reunidos en este volumen, Bolívar Echeverría intenta averiguar los mecanismos por los que ese poderoso impulso homogeneizador esquiva las resistencias que le presentan las identidades naturales de lo humano y se impone sobre ellas. Esa identidad homogeneizada se identifica en este libro como blanquitud, un tipo de ser humano perteneciente a una historia particular ya centenaria pero que en nuestros días amenaza con extenderse por todo el planeta.
La blanquitud no es en principio una identidad racial; incluye sin duda ciertos rasgos étnicos de la blancura del "hombre blanco", pero sólo en tanto que encarnaciones de otros rasgos más decisivos, que son de orden ético y que caracterizan a un cierto tipo de comportamiento humano, a una estrategia de vida o de sobrevivencia. Una cierta apariencia "blanca" es requerida para definir la identidad del ser humano moderno y capitalista. Este volumen incluye además dos excursos conectados con la historia de la modernidad: uno que aborda el destino del arte en la "época de la actualidad de la revolución", donde se examina la eclosión de las vanguardias artísticas en la anterior vuelta de siglo y se comenta la tesis de Walter Benjamin sobre la obra de arte "post-aurática", y otro que reexamina el concepto de izquierda política a la luz de una relectura del existencialismo de Sartre.rn