El Midrash de la muerte de Moisés, nuestro maestro, es un pequeño texto poco conocido perteneciente a la literatura midráshica, una de esas joyas que han pasado desapercibidas al gran público, y que sólo conocen y aprecian algunos especialistas. Todo este pequeño texto parece erigirse en comentario de un conocido, pero mal comprendido proverbio judeoespañol: «Nadie es profeta en su tierra». Al final, como todo mortal, Moisés morirá, pero no como los demás hombres, no lo hará a manos del ángel de la Muerte, sino de un beso del Eterno.