La polémica literaria que se dio en México en 1932, entre el grupo de Contemporáneos y su mentor Alfonso Reyes y el encabezado por Ermilo Abreu Gómez y Héctor Pérez Martínez, para quienes la literatura debía relacionarse esencialmente con la realidad mexicana inmediata, nos dice el autor, representa uno de los esfuerzos más hondos por discutir el tema de la expresión nacional.