Este libro recoge veintitrés cartas que la artista colombiana Emma Reyes escribió a su amigo Germán Arciniegas a lo largo de varias décadas. En ellas narra sus recuerdos más tempranos: hija ilegítima nacida en Bogotá, en 1919, vivió unos años en compañía de su hermana mayor y la supuesta madre de ambas en varias ciudades y pueblos; al final, las niñas fueron abandonadas y entregadas a un convento de monjas donde permanecieron gran parte de su niñez. Este testimonio describe la Colombia discriminatoria, clasista y racista de los años treinta. A través de los ojos de la pequeña Emma, el lector se enfrenta a una sociedad hipócrita, que prefiere maltratar un niño que evidenciar sus flaquezas, así como al oscuro mundo de las comunidades religiosas, contaminando de discriminación social, machismo y crueldad, plagado de supersticiones y prejuicios. Emma Reyes fue una artista integral; sus múltiples facetas artísticas y los innumerables lugares que visitó y en los que vivió, como Francia, Argentina, México, Estados Unidos, España, Italia e Israel, reflejan su búsqueda constante. Estas cartas permanecieron hasta ahora en el ámbito privado. Con su publicación, la autora se nos revela como una voz capaz de recrear, con gran imaginación, no sólo a la niña que supo encontrar resquicios de luz en una cotidianidad opresiva, sino a la cohorte de personajes que la rodearon, así como a las extraordinarias escenas que en sus palabras cobran nueva vida.