El delito y el delincuente, junto a la pena, son los conceptos esenciales que tradicionalmente han interesado a los penalistas. En un segundo plano se dejaba indefectiblemente relegado al sujeto pasivo del delito: la víctima. Un grupo de autores se han rebelado inteligentemente contra esa simplificación y han recuperado la posición que ha de ocupar la víctima del delito en la dogmática penal. La obra que el lector tiene en sus manos se incardina, pues, en esa brillante y necesaria oleada de reivindicaciones de las verdaderas atribuciones jurídicas que en el Estado de Derecho corresponden a la víctima, la gran olvidada del sistema penal. De ahí su valor intrínseco, su originalidad y su pertinencia, su valentía y su valía científica. La aparición de este libro en México no puede ser más oportuna en el momento jurídico actual. Coincide con una nutrida reforma constitucional sobre seguridad y justicia, en la cual también se ha revisado y ampliado el haz de derechos de la víctima, que corresponden a la misma durante el proceso penal y con posterioridad a él. También encontrará el lector un preciso análisis del nuevo artículo 20 constitucional en lo referente a la víctima del delito.