Es una novela anónima engañosamente sencilla, porque tanto su estructura como el lenguaje y el contenido configuran un texto complejo, que desafía al lector de manera constante. A simple vista, se trata de la autobiografía -que adopta la forma de una larga epístola a un personaje encumbrado, cuya identidad no se explicita- de Lázaro González Pérez, desde su niñez hasta la edad adulta, cuando se casa. Para escapr de la miseria, Lázaro se ve obligado a trabajar para distintos amos y narra en esa carta todas las peripecias por las que pasó. De una amarga comicidad, el texto maneja una ironía sutil que desnuda la hipocresía de la sociedad del momento y se ensaña especialmente con clérigos y religiosos. Prohibida por la Inquisición y más tarde expurgada, recién en el siglo XIX se publicó de manera íntegra.