Muchas veces leemos que podríamos vivir hasta cien años y más también. Incluso ya hay quienes hablan de la inmortalidad del ser humano. ¿Pero qué implica en concreto llegar, rondar y/o atravesar la barrera de los cincuenta? Una cifra simbólica, el medio siglo. Un momento en el que no somos mayores ni jóvenes y donde un horizonte real obliga a repensar nuestro porvenir. Una etapa en la que nunca es tarde para diseñar el proyecto vital. Un tiempo en el que, por primera vez, la longevidad es una experiencia colectiva. A casi todos les tocará transitarla.