El mayor protagonista del inmenso movimiento intelectual, político, social y económico llamado "modernidad" es la razón. Ella fue la gran liberadora ante las autoridades civiles y religiosas del pasado. Ella permitió que los seres humanos volvieran la mirada hacia sí mismos y persiguieran su propia realización con el optimismo de tenerla a ella como guía. Incluso la Filosofía abandonó su dependencia de la Teología y dejó testimonio de su libertad en obras de pensadores de la talla de Spinoza, Hobbes, Locke, Rousseau o Kant. Sin embargo, desde el primer momento quedó claro que la acción de la razón humana era un proceso que no carecía de complicaciones y peligros. Especialmente los siglos XIX y XX, con su secuela de colonialismos, grandes guerras y genocidios, no hicieron sino incrementar el escepticismo ante el poder y despliegue de la razón. De la cautela inicial se ha pasado a la incertidumbre. En este escenario, el presente libro se propone dos cosas: en primer lugar, seguir el itinerario de la razón, esto es, la mirada crítica que ella está obligada a tener sobre sí misma en todos los dominios: político, religioso, científico o estético. Lo hace examinando una serie de autores representativos de esta crítica: Hegel, Marx, Heidegger, Benjamin, Arendt, Habermas, Foucault. En segundo lugar, el libro se propone expresar nuestra convicción de que, cualquiera que sea la valoración que se haga de la modernidad y de la Ilustración, no cabe renunciar a la razón. Si es preciso reconsiderar la incertidumbre no es para desesperar de la razón y volver a las pasadas formas de sumisión religiosa o política, sino para continuar la búsqueda de una forma de razón susceptible de guiar a los seres humanos a construir un mundo acorde con su concepto y que responda a las expectativas de libertad, justicia e igualdad.