Ignacio Solares, ganador de diversos premios literarios, nos comparte un delirante relato sobre la risa y su ausencia. Ilustrado por Álex Herrerías. Todos los niños huyen de Espasmo, el prefecto más temible de la escuela, pues no sonríe nunca y se dedica a darle de zapes a todo aquel que deje escapar la más mínima risita. Además, no se contenta con dar a diestra y siniestra coscorrones en el patio y los pasillos, también es todo un cascarrabias en la calle, le pone su regañada a quien se cruce con cara alegre en su camino. Y como no le gusta platicar con nadie, se la pasa de amargoso metido por las tardes en su casa. Un fin de semana entabla plática con algunos niños que le cuentan por qué entraron a aquella escuela tan estricta, y el encuentro con esas historias de carcajada loca lo pone a temblar.