ntttttSe trata de un tema de especial relevancia, sobre todo teniendo en cuenta que la sensación de que nuestra vida carece de un significado auténtico ha penetrado considerablemente en los cimientos de la sociedad contemporánea. Como demuestran tanto el caso del adolescente que sufre ante la inseguridad y la duda como el del anciano que padece aislamiento y rechazo, lo cierto es que la cultura actual parece definitivamente sumida en la vulnerabilidad y la desesperación. A partir de ahí, el doctor Frankl demuestra de una forma brillante que el ser humano aún puede encontrar un cierto sentido a su vida cotidiana. Habla del u00abdeseo de significadou00bb como fuerza central motivadora y presenta evidencias específicas de que la vida puede hablarnos de su propio sentido en cualquier momento o situación. Incluso aquellas personas que deben soportar sobre sus hombros la carga de la culpabilidad, o tienen que hacer frente a un sufrimiento inevitable, disponen, en principio, de oportunidades para convertir sus súplicas en logros o, dicho de otro modo, su tragedia personal en un triunfo de la humanidad. El hombre en busca del sentido último afirma también, no obstante, que esta búsqueda de significado puede conducir igualmente a resultados indeseados, como los celos enfermizos, la fobia racista o la obsesión por la ética y la moral. Y, en este sentido, el doctor Frankl cree que sólo la tolerancia y la persistencia podrán allanarnos el camino para la consecución de una vida plena. Fundador de lo que se ha dado en llamar la tercera escuela vienesa de psicoterapia ?la logoterapia? tras el psicoanálisis de Freud y la psicología individual de Adler, Viktor Frankl es profesor de Neurología y Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena, así como de Logoterapia en la Universidad Internacional de Estados Unidos en San Diego.ntttt