Siguiendo la huella de esos grandes relatos, de fascinantes tramas, con entrañables personajes, insertos en la historia con sus historias, siempre pertinentes y memorables, Ferrer monta, teje, una verdadera urdimbre alegórica del exilio español, en la que a sus protagonistas principales, una joven catalana republicana y un pequeño huérfano catalán, Ita y Líber, desde los cruentos bombardeos de Barcelona, Gerona y Figueras en plena guerra civil, los va siguiendo en su destierro por París, Hong Kong, Boston, durante los siguientes cuarenta años. El aliento de la trama remonta vuelos de parábola, y, como en las novelas que nos importan, el hombre de quien se enamora nuestra protagonista, Lee Cheng-Xiao, la pone en la ruta, con el apoyo de su hijo adoptivo (aquel huérfano) de ser gestora definitiva para condicionar, a cambio de asuntos que el lector ha de averiguar, entre otras muchas cosas, en el transcurrir de la novela.
