La doctora Zahava Scherz descubrió una fotografía de una adolescente muy parecida a ella; movida por la curiosidad, investigó quién era aquella muchacha y descubrió que se trataba de Rutka Laskier, una hija del primer matrimonio de su padre, asesinada en el holocausto. Después de veintiocho años, Zahava Scherz visitó Bedzin, Polonia, donde había vivido Rutka... De esta manera, se encontró el diario que Rutka escribió entre febrero y abril de de 1943, a sus catorce años de edad, en el gueto judío de Bedzin, bajo la ocupación militar nazi. El cuaderno estuvo escondido bajo la escalera de Stanislava Sapinka, la mejor amiga de Rutka, quien conservó lo conservó durante más de sesenta años. El documento es real y ha sido validado históricamente. Actualmente, el manuscrito original se encuentra en el Museo del Holocausto en Yad Vashen, Jerusalén.