Parecería que ha terminado la época del romanticismo penitenciario y que hemos perdido la fe en el ser humano, pero no es así, todavía es mucho lo que se puede hacer con vocación y buena técnica, pues no bastan los buenos deseos ni las abnegadas intenciones. Estamos conscientes del estado actual de los reclusorios y de las dificultades para hacer clínica criminológica. La Criminología Clínica nos puede proporcionar información valiosa para una mejor comprensión del fenómeno criminal, sobre todo en sus nuevas modalidades, y proponer soluciones al problema de la antisocialidad, que en muchos aspectos es la preocupación prioritaria de la comunidad. Nosotros creemos que es la clínica la que puede dar dignidad a las instituciones, la que puede velar por los Derechos Humanos, la que debe rescatar a los hermanos en desgracia.