Los códices o "libros antiguos de los naturales", según fray Toribio de Benavente, Motolinía, son depositarios de sabiduría y conocimiento. En ellos se conserva y reproduce una gran cantidad de datos genealógicos, catastrales, tributarios, militares o religiosos vitales para todas las actividades de los reinos mesoamericanos. Artistas de todas las provincias eran destinados a pintarlos y, si bien el tipo de escenas, secuencias y símbolos variaba de un género de códices a otro, todos tenían en común una serie de rasgos estilísticos y se valían de un mismo repertorio básico de convenciones pictográficas. Pablo Escalante estudia en este libro el sistema de registro de los códices mesoamericanos antes y después de la conquista española, especialmente el lenguaje pictográfico y "las escenas". Se centra en el análisis de la representación del cuerpo humano, portador o ejecutor de dichas convenciones pictográficas.