La obra de Lovecraft es comparable a una gigantesca máquina de sueños, de una amplitud y una eficacia inaudita. No hay nada tranquilo o reservado en su literatura; el impacto en la conciencia del lector es una brutalidad salvaje, espantosa; y sólo se desvanece con peligrosa lentitud. Michel Houllebecq Howard Pillips Lovecraft es considerado el mejor escritor norteamericano de historias de terror y relatos sobrenaturales desde Edgar Allan Poe. Su desbordante imaginación engendró un género literario propio. El elemento focal del horror lovecraftiano reside en mostrar esa zona de la realidad, velada a la humanidad, en la cual los hombres deambulamos a ciegas por el frío vacío estelar a bordo de esta pequeña roca que es la Tierra, ignorantes de los horrores más allá de los confines del tiempo-espacio. Otro componente de la narrativa del autor es su habilidad para generar referencias y geografías de una verosimilitud tan vívida que, en ocasiones, parecen escapar a los imites a los límites de la ficción. Así pues nos encontramos con la existencia de los libros con un saber prohibido, cuyo paradigma es el célebre Necronomicón, o bien con la Universidad de Miskatonic, institución ubicada en el igualmente ficticio pueblo de Arkham con su mítico manicomio.
En esta segunda entrega de la narrativa completa del icónico autor se reúnen los relatos que lo consolidaron como el creador del llamado horror cósmico. A la fecha, su influencia se extiende desde la literatura hasta el cine, pasando por los videojuegos y los cómics.
