El acervo paremiológico castellano es de una riqeza impresionante aunque desconocida por el gran público. Muchos de los refranes que lo componenproceden de la Biblia, los evangelios o los librs místicosudíos. Llevándolos a sus fuentes a a luz de la cábala, el autor presenta una nueva nterpretacióne los viejos refranes que en másde una ocasión sorprenderá por su originalidad ysu profundidad. Losarios cientos de refranes ue aparecen en este libro han quedado impregnado del perfume y del pesoe la cábala. Esto les a servido para ocultarse en una sociedad en la qe todo lo judío era perseguido también para prpetuarse en el tiempo. Si sabemos profundizar e ellos, con su brevedad y concisiónroverbiale, los refranes nos dicen muchas cosas: «A buen etendedor, pocas palabras bastan...».