La historia del crecimiento y el desarrollo humanos es al mismo tiempo la historia de la terrible lucha de toda idea nueva que anuncia la llegada de un amanecer más luminoso. En su tenaz aferramiento a la tradición, lo Antiguo nunca ha dudado en emplear los medios más viles y crueles para impedir el advenimiento de lo Nuevo, cualquiera que sea la forma o el período en que éste se haya afirmado. Tampoco necesitamos volver sobre nuestros pasos al pasado distante para darnos cuenta de la enormidad de oposición, dificultades y penurias que se oponen a toda idea progresista. El potro de tortura, el tornillo de mariposa y el látigo siguen con nosotros; así como el atuendo del convicto y la ira social, todos conspirando contra el espíritu que marcha serenamente