En este alegre poema para niños de Coral Bracho todo puede suceder en un torrente lúdico. Un ciempiés deja por un rato sus dos pulgas vestidas ?una de hada y la otra de Robin Hood? a un improvisado cuidador que, preocupado e inquieto, sufre con su libertad e inventiva mágicas y alegres. Cuando el ciempiés regresa, se descubre la tierna y gozosa complicidad que lo liga con ellas. Las hermosas ilustraciones de Rafael Barajas, "el Fisgón", que comparten el carácter del texto, proporcionan un escenario gráfico idóneo para este memorizable poema.