A lo largo de mis investigaciones he examinado las corruptelas, el auge del crimen, el desastre institucional y los gobiernos que incumplen la Constitución y los tratados internacionales. La principal causa de tal desventura, que implica ya a cada uno de los 120 millones de ciudadanos del país, reside en un Estado que actúa fuera y en contra de las normas, y al mismo tiempo simula cumplir la ley. Las denuncias e indignación al respecto van y vienen con pocos o nulos avances en la esfera pública, pues en el poder económico y político prevalece el apego a formalismos jurídicos que llegan a desafiar la razón.
En El robo del siglo desmenuzo cómo funciona la trama del poder y sus mecanismos sutiles a partir del caso del empresario de origen chino Zhenli Ye Gon, donde confluyen personajes, procesos, episodios, instituciones, medios comunicativos y, sobre todo, el poder presidencial y sus prácticas viciadas que presumen legalidad y legitimidad. Esta puesta en evidencia del desorden público atañe a la convocatoria de refundar nuestro pacto como nación e instaurar un auténtico Estado de derecho.
-Sergio González Rodríguez